domingo, 6 de julio de 2014

La publicidad. ¿Convivimos con el engaño?

La mayoría de las personas recibe y procesa información que les es brindada por entes publicitarios que no son verdaderos o transforman la realidad con el fin de obtener un beneficio de la mentira. 

La publicidad engañosa es aquella que de cualquier forma puede inducir error a su destinatario o afectar su comportamiento económico. Dada su facilidad de acción en la vida de cada persona y su conjunto como sociedad, es necesario investigar para dar cuenta de cómo afecta ver una publicidad que, al final, no es del todo verdadera.


La forma más utilizada por los entes publicitarios para poder dar a conocer sus mensajes, son los medios de comunicación masiva. Y dentro de estos medios masivos nos encontramos con la publicidad que  se da en el campo de la televisión y esta puede abusar de que nosotros no podemos ejercer preguntas y todo lo que nos quede de esta publicidad es según nuestra interpretación.

Con el proceso de la globalización, el internet llego a casi todos nosotros volviéndose en uno de los medios de comunicación masivos más utilizados en la actualidad. Como todos los medios que conocemos, este sirve para obtener dinero de diferentes formas. Una de ellas es el tema que elegimos de investigación: las publicidades. Muchas de estas no podemos dejar de verlas aunque no estemos de acuerdo, debido a que en ciertas páginas es imposible omitirlas. Si bien la mayoría de estas publicidades son para obtener dinero, otras son manipuladas por las personas para sus propios beneficios, como es el caso de la política. 



A lo largo de la investigación que realizamos, fuimos notando que la gente se encuentra muy expuesta a las publicidades con la gran cantidad de impactos visuales que se reciben por día. En muchos casos, la persona encuestada no sentía que estaba sufriendo un engaño. Aquellos que si admitían haber sido engañados o que notaron que la publicidad buscaba un fin desleal, en su mayoría, no sabían cómo defenderse, ni siquiera si existen entes que los puedan proteger.

Nuestra gran pregunta, desde un principio, fue si las publicidades eran engañosas. Y por más que vimos que no todos se  sentían engañados, sabemos que algunos sí. Con eso podemos concluir que por más que no todas fueran engañosas algún si lo eran y por lo tanto existe el engaño en la publicidad.

Que exista el engaño es otra forma de decir que estamos condenados. Todos sufrimos alguna vez el engaño de una publicidad, de un partido político, de una campaña que supuestamente lucra por el beneficio. Lo peor es que a veces no lo notamos. La investigación nos permitió descubrir eso, y encima no sabemos que hacer ante un caso de este tipo.

La publicidad es uno de los pilares que rigen al mundo. Hasta grandes empresas como Google nos llenan de publicidad día a día cuando entramos a Internet. El primer criterio que utiliza el buscador es el comercial, y siempre que exista la posibilidad o haya alguna empresa que compre cierta palabra, lo primero que surge como resultado es una publicidad.

Usualmente, la gente cae en la trampa o simplemente lo ignora y quita importancia. Esta sociedad es la que no tiene avance en el futuro. Continuamos siendo piezas insignificantes de un juego mayor, el peón que no importa sacrificar porque hay otro que ocupa su lugar.

Al final, todo se reduce a lo mismo, a una pregunta. ¿Nos vamos a dejar engañar por la publicidad? 

(Quiero agradecer a mis compañeros de investigación: Juan Ignacio Cotrofe, Emiliano Bucci y Marcos Bayer. Con quienes compartimos el trabajo de la primer parte de la entrada y realizamos las encuestas)

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