El libro "1984" de George Orwell es uno de los textos
fundamentales para cualquier persona que se interese en la política, en la
psicología o en la sociología, y para todos aquellos que aprecian una buena lectura.
A pesar de ser escrito en 1947, el libro continúa vigente y
se pueden observar características de la sociedad distópica escrita por Orwell
en el mundo que vivimos ahora.
Goldstein y el
enemigo perfecto
Goldstein es la figura de la Revolución, que va en contra de
todo lo conseguido por el Partido.
Goldstein no existe físicamente, si existe
como una idea del enemigo perfecto, creada por el Partido.
Sirve como excusa para fomentar el odio y, a su vez, el
miedo. El libro de Goldstein al que tiene acceso Winston, fue escrito por
O’Brien y otros miembros del Partido. En sí mismo, Goldstein es el chivo
expiatorio, el rival ideal de la perfección del partido, y funciona como un
método de control.
El objetivo de mantenerse constantemente en guerra es el de
mantener intacta la estructura de la sociedad, es decir, de controlarla sin
posibilidad de modificaciones. Una guerra conlleva a estar con miedo
continuamente y canalizar el odio. Además, sirven para que el sentimiento de
patriotismo crezca, y así soportar los males de la sociedad creyendo que es por
un bien mayor: el de ganar la guerra.
Pare representar las rivalidades de Eurasia, Oceania y Asia
Oriental, Estados Unidos es el primer ejemplo. Constantemente está en guerra,
con diversos enemigos, que en un principio son aliados. La Unión Soviética fue
aliada de los norteamericanos en la Segunda Guerra Mundial y pasó a ser rival
indiscutido en la etapa de la Guerra Fría.
Ahora, el enemigo número uno se encuentra en medio oriente.
En películas, libros y series se utiliza siempre un enemigo. En su momento
fueron japoneses, luego alemanes, más tarde soviéticos y ahora musulmanes. En
“1984” se utiliza también la figura del rival, Goldstein, al que se le teme y
se odia con gran intensidad.
Las herramientas
de control
Muchas de las herramientas que utiliza el Partido pueden
observarse, con mayor o menos parecido, en la actualidad.
Dictadura
Cada país cuenta con su agencia de espionaje o fuerza
policial, que difieren de las del libro de Orwell a no ser que el poder político
sea una dictadura. Los gobiernos totalitarios sueñan con un mundo como el de
“1984”, donde el control es completo.
La dictadura en Argentina utilizó esta herramienta; la
desaparición y tortura de personas consideradas “subversivas” por sus pensamientos,
que se contradecían a la doctrina del Estado, tal como sucede con el Ministerio
del Amor y la Policía del Pensamiento en el libro de Orwell. Otro punto en
común es la censura. En Argentina se censuraron libros, canciones, entre otras
manifestaciones artísticas. En el libro, el Partido modifica todo lo que se
escribe y no concuerda con lo que se quiere que se tome como verdad. La quema
de libros realizada durante la última dictadura militar encuentra similitud con
los “agujeros de memoria” que se utilizaban en el libro.
Internet
Internet se ha transformado cada vez más en una herramienta
de control. Google o Facebook saben todo de nuestra vida, incluso más que
nosotros mismos.
Las cámaras de seguridad también funcionan como herramientas
de control, ya que vigilan todo lo que uno hace. Las redes sociales tienen
información sobre nuestra vida cotidiana y nuestras interacciones sociales.
Si comparamos con el libro de Orwell, la red puede funcionar
como una telepantalla, ya que mediante algoritmos relaciona todo lo que
nosotros buscamos o hacemos en Internet. Analizan nuestras búsquedas, imágenes,
amistades e intereses para manipularnos con publicidades que nos llevan a
actuar de una manera que no deseamos.
¿Winston traicionó
a Julia?
No. Winston no traicionó a Julia porque al momento de ser
torturado, física y mentalmente, pierde toda
razón de ser y sólo se centra en
hacer que el dolor cese. En circunstancias normales, nunca hubiera deseado que
dejen de torturarlo a él para hacerlo con Julia, pero la tortura constante no
es una situación normal.
Winston no traicionó a Julia porque dejó de ser Winston.
Todavía no existe en Argentina una policía del pensamiento,
tenemos la suerte de poseer derechos como la libertad de expresión y
pensamiento. Sin embargo, el mundo está cambiando. No hay que descuidar estos
derechos porque marcan quienes somos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario