Rodolfo Walsh realizó una cobertura del conflicto Israel –
Palestina, en la que relató la problemática bélica y política, y cómo ésta
afecta a la sociedad.
En el corazón del Medio Oriente existe un conflicto
histórico, que si bien puede considerarse religioso, tiene un trasfondo
político y económico.
Todo comenzó cuando el sionismo, una corriente del judaísmo,
afirmó que el hogar sagrado de los judíos era el territorio palestino. Así
inició una etapa conocida como “éxodo”. Tras el holocausto nazi, los judíos no
se sentían cómodos en ningún territorio y encontraron en el sionismo una forma
de volver a “casa”, aunque muchos nunca habían estado en ella.
Palestina era un territorio ocupado por árabes, en su
mayoría, y unos pocos judíos. Según Walsh, ahí se produjo una de las cuestiones
de fondo del conflicto: un trasvasamiento sin precedentes en que la población
de un país es reemplazada por otra.
Poco a poco, los judíos sionistas comenzaron a tomarse en
armas contra los árabes para recuperar sus “tierras sagradas” y convertirse,
verdaderamente, en un “pueblo con tierra”.
Uno de los ataques más atroces hacia una comunidad árabe por
parte de judíos sucedió en la ciudad de Deir Yassin. Ésta era una pequeña aldea
situada a cinco kilómetros de Jerusalén, en la que, una mañana, 200 efectivos
de las guerrillas sionistas entraron a sangre y fuego casa por casa y
masacraron a 254 hombres, mujeres y niños, saquearon, violaron, mutilaron
cadáveres y los arrojaron a una fosa. Deir Yassin se convirtió en un símbolo de
horror para los árabes.
En contraparte con lo que pasó en Deir Yassin, el símbolo de
la esperanza palestina existe en lo sucedido en Al Karameh. Un grupo de 500
palestinos, nucleados en la organización Al Fatah, derrotaron a un ejército de
15.000 soldados israelíes que contaban con tanques de guerra.
Según lo relatado por Walsh, los árabes consideran el
sionismo como el enemigo de toda la humanidad. ¿Cómo consiguieron los israelíes
tanto poder para masacrar a los árabes? ¿Sólo la fuerza de la corriente
religiosa sionista bastó para tal fin?
Para responder estas preguntas Walsh citó a Abraham León, un
judío marxista, que afirmó que el sionismo es el producto de la última fase del
capitalismo. Los judíos no tenían interés en volver a Palestina, pero
encontraron el enemigo perfecto para justificar sus deseos económicos.
Los judíos recibieron, y continúan haciéndolo, la ayuda de
potencias como Gran Bretaña y Estados Unidos, porque, como sucede con casi
todo, existe un trasfondo económico y político.
Mientras tanto, lo que queda al margen de toda discusión es
la población. Son los niños, mujeres y hombres que viven constantemente en
guerra. Muchos chicos esquivan balas para ir a la escuela y sus deseos a futuro
son ser Fedaí, combatientes de la Revolución Palestina, al igual que sus
padres.
Rodolfo Walsh entrevistó a Zaki, un niño palestino de 7 años
que le respondía estos deseos de vida: luchar por Palestina, como lo hizo su
padre, que ya murió.
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